Para poder obtener nuestro registro de conducir, las autoridades viales de nuestro municipio realizarán un análisis psicológico y de nuestra vista ya que es imprescindible contar con todas nuestras facultades cognitivas y sensitivas para poder manejar. Sin embargo, la falta de ergonomía, el estrés o la tensión que se llega a vivir en el coche puede tener consecuencias que afecten a nuestra salud: lesiones de espalda, dolores cervicales, problemas digestivos, trastornos de sueño o alteraciones oculares. Estos son algunos síntomas que puede desencadenar pasar muchas horas dentro del coche, pero eso pasa a ser mucho más grave si las personas al volante sufren ciertas patologías que disminuyen su capacidad al volante y ponen en peligro su seguridad y la del resto de usuarios de la vía.
Por todos estos motivos, en este artículo de 123Seguro queremos contarte cuales son las cinco enfermedades que pueden hacer que los conductores sean más vulnerables al volante:
- Parkinson: se trata de una enfermedad que provoca temblores y rigidez corporal. Estos síntomas se pueden paliar mediante medicación, pero ésta puede provocar somnolencia. Tanto los temblores como la medicación que los alivia producen efectos en el cuerpo que complican la acción de conducir, en la cual la coordinación de movimientos y la lucidez mental son fundamentales. Además, la legislación vigente, Reglamento General de Conductores vigente (RD 772/1997), no permite conducir a las personas que padecen enfermedades como la esquizofrenia, Alzheimer o párkinson, ya que frecuentemente padecen síntomas que no son compatibles con la conducción.
- Apnea del sueño: el peligro de esta enfermedad en la conducción radica en que el paciente que la sufre no duerme bien. Esto provoca cansancio y somnolencia durante el día.
- Alzheimer: esta enfermedad provoca alteración de la memoria y de la orientación. Aunque es más habitual en personas de avanzada edad, lo cierto es que también pueden darse casos en personas jóvenes.
- Epilepsia: esta enfermedad puede provocar desmayos, movimientos convulsivos y desorientación, todos ellos síntomas completamente incompatibles con la conducción.
- Depresión: es otra enfermedad que puede afectar a la conducción segura, ya que altera el estado de ánimo. Los trastornos depresivos son una patología frecuente que genera un gran sufrimiento a quienes la padecen. Según la OMS, más de 300 millones de personas en todo el mundo padecen este tipo de enfermedad. Además, la depresión provoca tristeza, decaimiento del ánimo, ansiedad y falta de atención. Los medicamentos para tratar una depresión provocan somnolencia y lentitud de movimientos. De la misma forma que el consumo de alcohol y drogas pueden agravar los síntomas.
Más allá de estas 5 enfermedades puntuales, debemos tener en cuenta cualquier enfermedad puede afectarnos a la hora de conducir, ya que la mayoría merman la capacidad física y psicológica necesaria para una conducción segura.
Si contás con alguna afección que te genera dudas, antes de sentarte frente al volante, no dudes en consultar con un especialista de la salud para que estudie tu situación particular. Un médico será siempre la persona más indicada para aconsejarte si podés, o no, conducir.
Esperamos que este artículo haya sido de tu interés.