La tecnología ha ido avanzando a pasos agigantados y ya se encuentra a la orden del día en cualquier ambiente en donde nos movamos. Los autos no son una excepción y cada vez cuentan con más dispositivos que aparentemente nos harían los recorridos más amenos pero que también, si no son cuidadosamente controlados, podrían provocar un estrés alarmarte.
Cuando los dispositivos tecnológicos del auto terminan controlando la atención, en lugar de tener el control de ellos, es el momento de hacer algo en relación con su disponibilidad. Al mismo tiempo podemos llegar a sufrir por un sensor de tráfico, una indicación del GPS, un sensor de ángulo muerto o una luz que ha quedado encendida en alguna zona del vehículo.
Cuando todos estos estímulos se producen en simultáneo se deja de prestar atención a lo realmente importante: la conducción.
Consecuencias reales del estrés tecnológico
Lo que hace tiempo podía ser un entorno de relajado termina siendo un espacio de ofuscación. Si bien el tráfico suele generar estrés, muchas veces se prefería viajar al volante porque solía ser un espacio de control donde no se tenían tantas cosas en la cabeza más que manejar correctamente.
Cuando todos los dispositivos tecnológicos comienzan a ganar terreno la atención ya es dispersa, no se consigue en ningún momento relajación y, además, se mantiene una tensión constante que puede incluso influir negativamente en la elección del auto como medio de transporte. Cuando se arriba a destino se siente más pesadez y cansancio que la que se siente cuando se viaja en transporte público y parece que el trabajo ya se ha hecho en lugar de estar empezando recién la jornada laboral.
Cómo combatir el estrés al conducir
En primer lugar se debe establecer una jerarquía de las necesidades tecnológicas que realmente facilitan la conducción. Cuando una alerta de tráfico es más una incomodidad que una ayuda es tiempo de cancelarla.
Si, por ejemplo, tengo bien en claro el recorrido que he de realizar es bueno no cargar el destino en el GPS.
Además, los dispositivos móviles que uno tiene como puede ser un celular o un alerta de mensajes, deben estar lejos del alcance de la mano y, de ser posible, insonorizados. De esta manera no solamente se evita la tentación de tomarlos durante la conducción sino que también se eliminan los sonidos que pueden generarnos inquietud acerca de lo que está pasando, de por qué nos están llamando, etc.
Por otra parte, nada resulta más sano que el sentido común. Sabemos qué aspectos necesitamos tener en cuenta mientras conducimos y cuáles realmente son accesorios. Con esos datos se puede avanzar sabiendo a qué prestarle atención realmente y a qué no.
Para que lo anterior se pueda concretar eficazmente, lo mejor será tener un verdadero conocimiento de la tecnología que aporta la unidad vehicular que se esté usando. Nada es más traumático al volante que sonidos que no sabemos qué indican o de dónde provienen.
Tomate el tiempo de verificar cómo funciona tu auto y así podrás tener vos el control de él y no el auto, dominio sobre vos. Viajar seguro siempre pueda ser una elección personal.
¿te afectan los dispositivos tecnológicos al conducir? dejanos tu opinión a continuación