Se ha llegado a decir que el buen conductor no es tanto el que sabe hacer bien las maniobras como el que tiene verdadero control sobre su vehículo aún cuando las condiciones son adversas.
Tanto es así que muchas veces la tranquilidad es la que permite salvar una situación de peligro o evitar poner en riesgo al resto de los vehículos circundantes. ¿Por qué? Porque la calma ayuda a tomar buenas decisiones o elegir entre las menos complejas respecto de lo que pueda pasar.
¿Te cuesta mantenerte tranquilo al volante? ¡Acá unos consejos para que el manejo sin estrés llegue a las calles!
Aprender a conducir sin estrés puede ser el pasaporte que te salve la vida a vos y a quienes lleves a tu cargo. La buena predisposición es fundamental aunque justamente esa actitud puede ser la que falte. El auto es el vehículo que nos lleva hacia diferentes destinos y los tiempos que corren, las distancias y las preocupaciones que se encuentran por fuera del auto suelen ser los tensores que nos hagan pasar momentos no tan tranquilos.
Por eso lo primero que se propone es
- Control de las emociones
Se tiene que pensar al vehículo como una cápsula atemporal en lo que a las preocupaciones cotidianas se refiere. Subirse al auto y pensar que se está arribando a otra dimensión donde las leyes son otras y la armonía es una cláusula fundamental. Cuando puedas tomar conciencia de esto habrás dado un paso muy importante para evitar el estrés al conducir.
Ya dentro del vehículo, si no se ha logrado dejar la tensión afuera, hay otras estrategias a trabajar:
- Olvidarse del reloj
El tiempo que regula todas y cada una de nuestras acciones suele ser uno de los más grandes tiranos para que al volante se esté nervioso. Es importante racionalizar los impulsos y notar que aunque se mire el reloj reiteradas veces el tiempo no pasa más rápido ni el embotellamiento que estamos sufriendo se aliviana. Dejar el reloj de lado puede ser una actitud que lleve al manejo sin estrés porque no se tendrá ese imperativo al que parece que hay que responder y se respetará, en consecuencia, el tiempo que el tránsito impone y que suele ser insalvable.
- Respiración y recuperación de la energía
Como si estuviéramos en una clase de relajación, la tensión al volante se suelta cuando se hacen ejercicios respiratorios de oxigenación de los pulmones y exhalación del aire. Cuando se siente estallar la paciencia es una buena estrategia abrir las ventanillas por un momento puesto que parecen liberarse las tensiones y se vuelve a cero en la atención que se tiene que tener en el viaje sin ofuscaciones de por medio.
- Notá la diferencia entre conducir y circular
Si bien el término que usamos comúnmente para andar con el auto por la calle es “conducir” es importante que se piense uno en la calle como circulando. La circulación hace que se tenga presente todo el entorno y se respete cada uno de los lugares.
La conducción, por el contrario, hace referencia a un término más individual y puede llevar a pensar que se tiene que orientar el auto que se esté conduciendo por donde uno quiera a cualquier precio. El concepto de circulación resulta colectivo y puede hacerte recordar que tus maniobras dependen de lo que hagan el resto de los vehículos circulantes.
Si no lo has hecho hasta ahora, ¡nunca es tarde para aprender a conducir sin estrés! ¡Hacelo!
No sólo salvarás tu vida sino que también disfrutarás mucho más de cada viaje que hagas en tu auto.
Muchas gracias por la información. Gran aporte de esta web. Saludos!