No quedan dudas de que el tráfico resulta ser la peor pesadilla de muchos de los conductores. Se sueña con el tráfico, se padece, se buscan recursos para esquivarlo o, de lo contrario, para soportarlo de la mejor manera posible.
Lo cierto es que pese a muchos desarrollos urbanos y a mucha ingeniería civil aplicada, hay ciertos momentos del día en que el tráfico resulta inevitable.
¿Y esto por qué?
La causa del intenso tráfico se ha buscado tanto del lado de los conductores como del lado de la infraestructura por la que los autos transitan. En una esquina del ring se encuentra la industria automotriz produciendo cada vez más vehículos y siendo estos cada vez más accesibles al público.
En la otra punta del cuadrilátero se encuentran los proyectos urbanos que no han podido reacomodarse en función de tan marcado crecimiento de automóviles y que, pese a las reformas que se van haciendo, no logran disminuir la crisis de tráfico en los momentos de mayor afluencia.
Si bien no resulta como consuelo, es importante reconocer que el mal del tráfico y los consecuentes embotellamientos no es algo que ocurra de manera aislada en Argentina sino que es un problema que grandes metrópolis han tenido que afrontar de una u otra manera.
Ahora, en los momentos de mayor crisis en calles o avenidas, ¿qué está ocurriendo en simultáneo para que nada parezca mejorar?
Más demanda de calle que capacidad de alojar vehículos
Entre todas las causas del tráfico problemático, la que lleva la delantera es la demanda que los autos imponen al avanzar sobre rutas que no los pueden contener. Es así como se arman los llamados embotellamientos de los que cuesta mucho salir. Puede que ciertas zonas de un recorrido se hayan podido subsanar agregando carriles pero luego en alguna curva o zona puntual se vuelven a congregar todos los autos que van avanzando al unísono y allí llega el momento que todo conductor quiere evitar: esperas infinitas y marcha “a paso de hombre”.
Más causas de embotellamientos
Si bien el más alto porcentaje de los problemas del tráfico se atribuye a la alta demanda de carreteras al mismo tiempo por un número alto de vehículos, hay otros problemas que también se pueden presentar y que dificultan el tránsito.
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Es el caso de los accidentes que pueden ocurrir entre dos o más autos o en un auto en particular. Choques o problemas con los vehículos dejan manos de circulación inutilizadas y ello reduce en gran medida el buen transitar.
También son problemáticas las obras viales cuando no pueden desarrollarse en horarios o fechas con menos tránsito. Si bien la mayoría de las obras buscan mejoras en la sociedad, en el momento en que se están realizando causan grandes revuelos. Entre los porcentajes menores de incidencia para el tráfico problemático o el embotellamiento se pueden describir problemas en el clima o señales de tránsito insuficientes.
Sean cuales fueren las causas del tráfico la problemática ya instalada desde hace algunos años sigue abierta. ¿Llegará con las nuevas tecnologías de traslado una solución?