El poder que tiene el GPS sobre nosotros cuando estamos dentro de un auto puede llegar a ser terrible. ¿Por qué? Porque confiamos en que nos guía y perdemos esa capacidad de ubicación en el espacio que siempre han tenido los conductores.
Por otra parte, las indicaciones que se dan siempre son para vehículos estándares. Y qué pasaría si estoy manejando un camión de 3, 70 metros y el GPS me indica pasar por un túnel que admite vehículos hasta 3 metros? Seguramente podría producirse un accidente importante y solo por no haber tomado una decisión personal, y haber seguido sin contemplación las indicaciones del GPS.
Problemas que los GPS pueden presentar
Una de las cuestiones a tener en cuenta con el uso del GPS es el hecho de que los softwares tienen que estar constantemente actualizándose. Si bien el servidor tal vez actualiza el mapa de navegación, como usuarios, tenemos que tener constancia de sumar esas actualizaciones a nuestro dispositivo para que no nos encontremos de pronto con que doblamos hacia una calle que ha cambiado su sentido de circulación.
Por otra parte, las instrucciones que el GPS te vaya brindando pueden no ser siempre correctas debido a malas traducciones. Esto hará o bien que entiendas erróneamente el camino a seguir, o que te distraigas pagando esa falta de atención a la ruta bastante caro.
En otro aspecto, se puede encontrar el problema de la falta de señal o actualización tardía del recorrido. Con esta situación tal vez se te avisa muy de golpe que tenés que doblar o que tenés que tomar determinada calle y una maniobra rápida puede ser altamente peligrosa.
Actitud a tomar frente al uso del GPS
No vamos a negar que en muchos casos, el uso del GPS puede ser realmente efectivo. Este sistema de mapeo sin embargo no tendría que reemplazar por completo a los mapas o guías que solíamos llevar en nuestros vehículos.
Imaginá que te encontrás realmente fuera de una ubicación conocida y que el GPS no logra dar con la señal. Tendrás que tomar una actitud al volante, y un mapa en papel puede serte de gran ayuda.
Por otra parte, en el momento en que sientas que el GPS está captando toda tu atención y no te ponés a reflexionar sobre lo que estás haciendo sino que seguís su ritmo incondicionalmente, es cuando deberías parar el motor, refrescar tu mente y tomar vos las decisiones al volante.
Que el GPS sea una guía es la mejor actitud que se puede tomar ante el mecánico copiloto de rutas. Lo que tenés que tratar de evitar, por todos los medios, es que el volante quede a cargo de las decisiones que desde el dispositivo se te vayan impartiendo.
Anécdotas de volantes y GPS hay miles, muchas positivas, muchas negativas y bastantes algo graciosas porque finalmente uno se termina dando cuenta del error en el que incursionó cuando le creyó al navegador todo lo que iba indicando.
¿Te acordás alguna anécdota que hayas vivido con tu GPS?