Los Perros se Parecen a sus Dueños ¿y los Autos? ¿Qué Dice tu Auto de Vos?

Si uno cree en los estereotipos de personalidades puede que esté más cercano a considerar que a determinada forma de ser hay un auto que aparece como alianza insalvable. ¿Es así?

Si tuvieras un juego de busca y encuentra, ¿te sería tan sencillo encontrar qué auto corresponde a cada “amo”?

En la inmensidad de las rutas y las calles se pueden ver coches clásicos, deportivos, autos grandes, voluptuosos, sencillos, llamativos. Y cada vez más puede pensarse una cualidad nueva para modelos que se renuevan y que conquistan más corazones. Tal vez la gran cantidad de diseños esté respondiendo a ese modelo hoy existente que diría que cada quien tiene el auto que le va según su forma de ser.

¡Interpretación libre para los autos!

Un coche descapotable se asocia con cierta juventud, un coche clásico con mujeres u oficinistas y así podrían armarse múltiples vínculos no siempre ciertos. El punto es que visto desde la psicología o la sociología el auto que uno tiene no siempre es el que quiere pero sí el que pudo adquirir y, de alguna manera está expresando un estado de situación social, económica, laboral o familiar.

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Uno puede desear tener un descapotable pero también saber que no sería útil para el contexto familiar de 2 hijos y esposa, a pesar de que se tenga el capital suficiente para adquirirlo. Se puede también conducir el auto perfecto para una necesidad y ser así mismo aquel que se hubiera elegido de antemano por su estética.

Existen, por otra parte, ciertas identificaciones del frente de los vehículos con sus conductores más afianzados. ¿Nunca viste un auto y te dijiste a vos mismo que le veías “cara triste”? De eso se trata, de que muchas veces con la parrilla frontal y las luces, los autos forman ciertos gestos o rasgos que, de manera muy general, se piensan asociados con sus dueños.

¿Cómo decidís qué auto vas a comprar?

En el momento en que te proponés adquirir un nuevo vehículo son muchas las causas que te pueden motivar. Podés, por ejemplo, basarte en un presupuesto, en una necesidad familiar, en un proyecto laboral y así irás descartando respecto de lo que tengas a disposición en el mercado y encontrarás el auto justo para tu situación de ese momento dado.

En muchos otros casos no tenés una guía tan clara de compra. Aun así el vehículo que adquieras seguirá hablando de vos, de tu personalidad y de tu estilo de vida.

De todos modos toda generalización siempre está mal y no estaría bien tildar a una persona que se compra un determinado coche de orgulloso o de soberbio, como tampoco está bueno el mote de sencillo o dicharachero.

En todo caso, hay un aspecto más profundo que tiene que ver con qué le suma cada uno a su propio auto para que se asemeje a uno y por qué se lo hace.

Buscar la semejanza en el propio auto

El auto es un gran compañero de vida, tanto que hasta se lo personaliza pidiéndole, por ejemplo, que no abandone en un recorrido complicado o que acelere más si estamos llegando tarde a algún destino.

Se le agregan stickers, se le cambian algunas partes, se lustra, limpia y hasta se lo perfuma. Se sufre cuando tiene un rayón nuevo y si llegara a tener un golpecito puede ser causa de una profunda depresión. Y de todo esto habla, nada más y nada menos, de la identificación que se sufre con ese objeto que aporta mucho más que una circunstancia de ser llevado a algún lado.

¿Te gusta vestirte igual al color de tu auto? ¿Te agrada decorar tu auto con texturas de tu propio estilo? ¿Usás un perfume para el vehículo semejante al que usás para vos?.

¿No te ha pasado nada de esto? Puede ser… a veces un auto puede ser tan solo un auto que te lleva, y te dejás conducir por él.

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